Marcela nunca fue al cine, ni al teatro, se crió con los usos y costumbres del barrio Los Pinos, en La Matanza. El Mate, la cumbia, sus amistades y las calles del Oeste del Conurbano Bonaerense conformaban sus imágenes cotidianas. Nunca pensó que de sus visitas al Centro de día “Casita La Paloma” para participar de algunos talleres, iba a salir hecha una directora de cine. “La Colo”,  es directora de una productora que trabaja junto con niños, jóvenes y adultos de los sectores populares, acercándoles los saberes del lenguaje audiovisual para que puedan construir su propio mensaje a través de la realización de cortometrajes.

Cine en Movimiento es una organización que trabaja desde el año 2002 con el fin de poder enseñar las herramientas audiovisuales a grupos de personas provenientes de los sectores populares en la producción de sus propios videos. Es una de las tantas experiencias que dan la posibilidad de un canal de expresión para que actores históricamente excluidos del rol de emisores de los mensajes puedan relatar sus vivencias, sus sueños, luchas, dolores, preocupaciones y alegrías.

Hasta ahora, la ONG, ya articuló con casi 50 organizaciones de base. Generalmente se realiza un contacto con una organización social, comedor, centro de día u hogar de niños y a partir de allí la asociación garantiza la presencia de los participantes, colaborando con el aspecto más territorial de la experiencia.

Los talleres se extienden durante un cuatrimestre en encuentros de dos horas por semana. La apuesta pedagógica elige la metodología de la Educación Popular, a través de distintas dinámicas lúdicas para que los participantes aprendan a utilizar la herramienta técnica, se organicen como colectivo de trabajo y elijan qué historia quieren contar. El cortometraje, producto final del taller, puede ser de género ficción, documental o animación.

“Somos una familia. Más allá de los problemas que tengamos en la vida, acá encontramos una contención”, valoró la chica que lleva cuatro años concurriendo.

Además comentó Cinthia:

 

“Para nosotros es una batalla día a día sacarle un pibe a la calle, es un proceso que ya lleva 10 años para formar a los pibes y ganarle a la droga. Cine en Movimiento piensa la herramienta audiovisual como una capacidad para construir pensamiento a través de una cámara. Cuando un pibe que transitó por el taller se posiciona con un pensamiento crítico, eso es un salto cualitativo. Después empieza a circular por distintos caminos, aunque no estudié cine”.

 

Por su parte Mariano es uno de los coordinadores: “Cine en Movimiento es una elección de vida, lo que nosotros hacemos es cine comunitario, y trabajamos en pareja pedagógica entre el cine y lo social, con psicólogos y trabajadores sociales. Buscamos que los pibes puedan utilizar la herramienta audiovisual para expresar lo que ellos quieren, que puedan decir desde qué lugar y desde dónde hablan para que nadie lo haga por ellos”, explicó sobre el gen de esta iniciativa que nació con una camada de documentalistas que salieron a contar la situación social del país.

El cierre del ciclo de esta herramienta de inclusión social, concuerdan los coordinadores, es lograr que los chicos sigan con la rueda de la enseñanza a otras generaciones y que se sientan reconocidos. “Por primera vez me sentí yo”, fue la frase que un chico le dijo a Nahuel tras ser aplaudido en la transmisión de un cortometraje en el Cine Gaumont hace ya unos cuantos años.

Cine en Movimiento. Luz, cámara, acción…

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