El 18 de enero de 2023 vivimos un plebiscito. No era solamente en Dolores. Era todo el País el que estaba diciendo "No a la anomia, al descontrol y a la violencia".
No a la irresponsable tolerancia ante las arbitrariedades de esos grupos de adolescentes o de jóvenes, o de adultos que violan impunemente la sensatez.
Y que ocultan bajo su manto de arbitrariedad la buena voluntad de la gran mayoría que anhela otra vida.
No a una sociedad que contamina con pésimos ejemplos de mentiras, de corrupción y egolatría el ámbito cultural donde esos adolescentes y jóvenes encuentran la cómplice justificación para su desenfreno.
No a una educación del hogar o de la escuela donde los adultos no representan los valores que la mayoría silenciosa reclama cada vez que una tragedia la sume en el dolor.
No al miedo a los niños confundiendo el amor hacia ellos con la búsqueda incondicional de ser queridos por ellos, dejándolos abandonados a los impulsos de su analfabetismo emocional.
El mundo, el hábitat humano, cambia, pero los valores propios de nuestra "naturaleza", no.
Nunca la educación ha sido un juego divertido. El autogobierno se aprende desde la heteronomía.
La historia humana no ha sucedido inútilmente.
Nos ha costado algún esfuerzo dejar de ser la horda primitiva.
El plebiscito de hoy junto a Fernando Báez Sosa, no puede ser ignorado ni por los adolescentes, ni por los jóvenes… ni por los adultos.
Es sano que la sociedad se haga oír.
Una sociedad permisiva vive siempre al borde del abismo.
Este es tiempo de sensatez.
Nuestros hogares y nuestras escuelas necesitan reencontrarse con los límites que custodian los valores, y con el sentido del esfuerzo que forja seres humanos armoniosos y responsables.
Y nuestro querido País necesita volver a tener una ley que regule la vida de todos con equidad.
No estamos reclamando la condena de nadie.
No es, en absoluto, el sentido de esta reflexión.
La Justicia deberá discernir y ser justa. Es otro tema.
El sentido de esta reflexión es que nos está doliendo el dolor.
Estamos reconociendo el mensaje de este plebiscito que nos dice: "La sociedad argentina está harta de un vacío de autoridad que da lugar a la anomia".
Carlos Nino tuvo razón cuando escribió "Un País al margen de la ley".
El caos no es buen lugar para la vida.
Cuando la libertad llega a su extremo, destruye a la sociedad que la tolera.
Es tiempo del orden que equilibre, cómo dijo Sigmund Freud en "Malestar en la cultura".
El exceso de orden es una cárcel.
Pero el exceso de libertad es una trampa.
Confunde la vida con la muerte.
Nadie sobornó a nadie para salir a la calle.
Nadie transportó a nadie a ningún encuentro.
Fue el amor a la vida lo que congregó a los argentinos.
Fue la voluntad de hacerse escuchar, lo que convocó a un pueblo cansado de esperar lo que no llega hace mucho tiempo.
Es verdad, el ser humano nace libre.
Con el derecho de serlo.
Pero se hace libre si asume que es un ser emocional que razona. Y aprende a obedecer a su propia razón.
Nos están destruyendo inoculándonos el ADN de una "revolución cultural" que desconoce la condición y los verdaderos anhelos del ser humano.
No es bueno todo lo que se puede hacer.
Se puede hacer todo lo que es bueno.
¡No es la facticidad!
Es la razón que reconoce la virtud.
Este plebiscito nos está convocando con una consigna.
"¡Basta! ¡Merecemos la vida!".
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Recientemente el Dr. Julio César Labaké publicó su nueva novela "Luces en el laberindo. Historia de una rebeldía adolescente" en la cual habla sobre la temática adolescente.
"Cada persona de esta entrañable novela de Julio César Labaké evoca a alguien con el que educadores y familias se han cruzado alguna vez.
Los adolescentes y adultos que aparecen en "Luces en el laberinto" muestran su grandeza, y son mirados, desde un profundo afecto: "No es verdad que los adolescentes vivan en un mundo tan ajeno a la realidad. Quizás necesiten una personalidad adulta generosa que no les tenga miedo".
La voz narrativa de Lucas, que interviene cada tanto para dar contención y verbalizar sus descubrimientos, mientras espía la mente del autor, nos permite sentir una cercanía con este adolescente por el que terminamos sintiendo un gran cariño".
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